Alberto Guisande Fernandez

Nace el 11 de septiembre de 1987. Fue seducido por el Arte a muy temprana edad.

En un principio su gran interés fue la comprensión psicológica del ser humano, y las causas que le llevaban a actuar de una manera determinada. Mas adelante comienza a escribir poesía, siempre acompañada por dibujos del propio autor. Posteriormente, la poesía fue nublada por la prosa cuando se embarco en la creación de una historia llamada “In the Shade”, todavía sin editar.

El interés por la fotografía llegó mas tarde cuando animado por su familia y amigos decidió hacer una exposición con algunas de las fotografías mostradas en esta web y muchas mas.

Hoy en día a penas es conocido pero su trabajo da fe de su entrega a la hora de elaborar una buena obra.

Otro de los grandes retos de este novel artista es el cine, teniendo en mente rodar varios largometrajes con su grupo “Coya films”, con los cuales lleva mas de 5 años trabajando.

La cultura es, como todos lo sabemos, aquel núcleo en donde están comprendidos como válidos una serie de valores tanto éticos como estéticos de un conjunto de seres humanos. Ahí donde hay consenso en las creencias religiosas o metafísicas, en la forma de reproducir la vida material, en la concepción que se tiene de lo bello y de lo bueno. En general, la actitud que se tiene hacia la existencia y la realidad. Esa cosmovisión aceptada como cierta y que de ella se derivan valores para la vida es aquello que se convierte en una forma cultural. La variedad de expresiones culturales obedece a las distintas cosmovisiones que diferentes grupos humanos guardan, las diferencias existen tanto en el tiempo como en el espacio. A partir del Renacimiento y con él, de la aparición de la Edad Moderna, se amplió y fue posible la apelación a la diferenciación que existe entre los seres humanos; esta tendencia, un poco ficticia en la realidad de la práctica concreta de la vida, ha logrado que en nuestra sociedad posmoderna surja un fenómeno de expresión antes desconocido por la sociedad humana; el fenómeno de la subcultura. Así es que encontramos de un lado a la «Cultura Oficial» y en contrapartida a las diversas «Subculturas» dentro de un mismo tiempo y espacio. A primera vista, parece un tanto contradictorio hablar de Subcultura en el seno de una cultura, ¿no sería acaso la subcultura más bien una forma alterna de la cultura oficial? La respuesta es un rotundo No, la razón gira en torno a esto: la subcultura es primero un reto a los valores formales convencionales en la medida en que estos, en nuestra sociedad, tienden a volver al hombre en un ser unidimensional en donde solo es válida una sola cosmovisión y en consecuencia una sola forma de actitud hacia la existencia y con ello surge el absolutismo y la represión de la expresión del espíritu humano. Subcultura aparece entonces como una especia de radicalismo y una vía que le ofrece al alma humana un aspecto diferente de sí misma. Esto implica por lo tanto que la subcultura es además una forma agónica de humanismo.

Las formas de expresión subculturales (o bien contraculturales) se entienden así como aquellas se realizan en primer momento como refutatorias de la visión oficial, es decirle a la sociedad: ¡también existe esto! La primera característica de la subcultura es así su forma «destructiva» de los valores tanto éticos como estéticos de la cultura oficial, por eso es que la actitud que ésta última tiene hacia la subcultura es siempre de rechazo.  Sin embargo, una subcultura no se reduce a esta cualidad, sino que es de ella de donde aparecerá su valor como forma creativa del espíritu humano. “Sobre las ruinas que quedan de los valores formales habrán de aparecer sus nuevos ideales y códigos de expresión que, a partir de su propia cosmovisión, serán aquellos que lleven al individuo a la virtud de la vida, es decir, al ideal tanto ético como estético de la existencia, el encuentro con lo bueno y lo bello y con ello de la verdad.”  Se entiende así que una verdadera Subcultura no es nihilista,  inestética, o inmoral, pues para que sea realmente una expresión CULTURAL estará basada en una concepción clara y explícita de la existencia y de la realidad, sea la multicitada cosmovisión. Esos aspectos solo aparecen así a los ojos de los ídolos de la cultura oficial, a la cual justamente se está desechando. Así podemos diferenciar una auténtica expresión de subcultura de una actitud de «pose» o simplemente de vulgarización de la cultura oficial que redunda en un nihilismo superfluo. Una no-subcultura trata simplemente de deformar los códigos superficiales de la cultura institucional pero sin romper real y radicalmente con sus valores fundamentales y con ello sin la posibilidad de la expresión creativa del espíritu, pues éste sigue enajenado. Por ejemplo, en la cultura cristiana uno puede ser cristiano pensando que la libertad sexual no es «pecado» pero se sigue afirmando la validez y la existencia del pecado. De igual manera pasa con las formas alternativas de la sociedad: éstas solo buscan formas distintas de expresar lo mismo. Es claro que una Subcultura es sobre todo un estilo de vida realizado al lado de una «filosofía de la vida», radicalmente distinto de lo oficial. Muy bien, y ¿por qué está ese molesto prefijo de «sub» para referirnos a la subcultura? ¿Qué hace que ella no sea más bien la «Cultura oficial»? La respuesta es simplemente que la cultura oficial es aquella que está instituida sobre la base de la ideología de la clase social, política y económicamente dominante.


Usualmente se dice que el gótico es un movimiento derivado (hasta degenerado) del Punk; si bien esto tiene algo de cierto, es muy insuficiente para definirnos. Como ya se ha visto, la cultura gótica toma diversos elementos de la producción artística y cultural contemporánea, de echo sus bases está más arraigadas en estas visiones.  En primer lugar, el gótico es el resultado de la caída de la utopía de los 60´s y 70´s de la paz y fraternidad social en una sociedad comunitarista. De repente se vio que al final de cuentas la lucha más importante es la que realiza el individuo frente a sí mismo, frente al abismo de su existencia. Hablando ya de la subcultura gótica, tiene dos formas de génesis. La primera se entiende como la síntesis de los movimientos culturales y artísticos modernos: expresionismo, surrealismo, psicoanálisis y las filosofías de la existencia. Por otra parte, el surgimiento como contracultura se da en la escena de la música comercial, que es en donde estarán los rastros del Punk.  El gótico remoto tuvo sus inicios en Francia en 1860 con el movimiento situacionalista, que era encabezado por obreros y estudiantes que se maquillaron la cara de blanco y se vistieron de negro, para ejemplificar así que la sociedad y la opresión los tenían muertos. Sin embargo el gótico como movimiento contracultural fuerte nació a principios de los 80’S y se consolidó a mediados de esa década.  Ya que, después de la muerte del punk, y ese escándalo masivo de repudio a la sociedad, vino una época de calma “espiritual” en la que se busca una identificación consigo mismo, un significado de la vida, un si hay futuro, pero, qué nos propone el futuro sino la muerte. Así surgió un movimiento que comenzó a ser llamado gótico o punkgothico, ya que traían algo de la filosofía punk, pero más decadente y sin violencia.  Vestían de negro y blanco para decir que eran puros del alma y que la muerte los espera a cada momento, se maquillaban la cara de blanco y de negro los ojos, labios y uñas para decir “vean esto: la sociedad nos ha matado”. El movimiento gótico proliferó junto con su música por todo el mundo y se afianzó sobre todo en Inglaterra y Estados Unidos. A cada país  que llegaba el movimiento gótico se nacionalizaba. Así cuando llega a México al movimiento gótico, se le asociaba con antiguas culturas mexicanas que se identificaban y rendían culto a la muerte. Y se le llamó darketo a la persona del movimiento gótico, siendo esta, una forma despectiva de nominarlo. Sin embargo, si pretendemos darle al gótico un carácter más universal, hay que ver a la historia de la cultura como un cuerpo en donde siempre han aparecido corrientes que buscan sacar a la luz los aspectos oscuros y sombríos del hombre. Así podemos ver este fenómeno a través de la historia. La Edad Media con su cosmovisión, expresa esa dicotomía entre la vida y la muerte, lo bueno y lo malo, que está presente en la vida concreta de los hombres, a través de las figuras divinas que se expresan esa relación de lo humano con lo divino y en la majestuosidad de su arquitectura religiosa de estilo Gótico.

 Más tarde, el movimiento romántico apareció como protesta del ideal Moderno e Ilustrado del hombre, que lo despojaba de sus emociones y sentimientos profundos poniéndolo básicamente como ente de razón. En cierta forma todas las expresiones de subcultura son herederas del Romanticismo. Así, la literatura gótica es, de hecho, una derivación de la romántica, que encontraba atractivo en la fantasía, lo oculto y lo desconocido e impenetrable a la pura razón, donde solo los sentimientos encontraban posibilidad de asentarse a percibir el sentido de las cosas. Podemos ver en Lord Byron a un precedente claro del movimiento Gótico. El movimiento romántico configuró el espacio que el Arte Moderno necesitaba para salir a los ojos de la sociedad y mostrándose a la vez como crítica social en relación al espíritu humano. La propuesta expresionista nos describe el acartonamiento del hombre en una sociedad vacía y con valores mediocres que bloquea la capacidad creativa del ser humano. Así es que en general el movimiento gótico encuentra sus raíces en las formas culturales que buscan el paso de lo real y racional a la fantasía y lo irracional. El miedo y los horrores son de lo más indispensables si se desea conocer en realidad al ser humano en su plenitud. Tal vez la ignorancia en la ciencia del conocimiento humano se deba al falso pudor de quienes no se han atrevido a escribir sobre de ello. Encadenados a sus prejuicios y temores, se limitan a relatar puerilidades que todo mundo conoce, sin aventurarse a bucear en los siniestros laberintos, plagados de fantasmas, del alma humana, ni a describir y comunicar sus descubrimientos a sus semejantes.  Los góticos sí lo hemos hecho y lo hacemos, más no todos. La prisión de la vida que delatamos es la imagen de la soledad, de un universo habitado por las monstruosas criaturas que atormentan al espíritu. Los góticos somos en el fondo, el símbolo de la incomunicación, de alcanzar una comunicación imposible, de reflejar toda esa pesadez que es la vida, todo el orgasmo que son los sentimientos, pero que tal parece nadie capta.  En todo caso, los señalamientos que caen sobre los semejantes se convierten en placeres para nosotros.

Los góticos proponemos que el miedo sea sacado de lo oculto y lo irrelevantemente convencional para elevado a la realidad obscura del destino humano. El conocimiento científico nos ha enseñado que el mundo es discontinuo; que la noción de vida no es más que un existir entre los momentos de un tiempo dividido y que éste se traslada del sueño a la vigilia. Así, el aspecto último del mundo y del conocimiento es la muerte. Un saber del que se puede obtener un placer ignoto. Así el gótico busca esa convivencia con uno mismo, ese escape de la cotidianidad, ese experimentar al máximo los sentimientos.  La filosofía gótica es difícil de entender, puesto que esta está allí pero cada quien la interpreta como la entiende y como la siente. Entonces se tratará de explicar brevemente y sencillamente.  El gótico refleja que la sociedad nos tiene oprimidos y sojuzgados a un sistema nihilista y totalitario el cual no nos deja ser y nos quiere tener alienados, así se podría decir que estamos muertos, a pesar de que estamos vivos; solo estamos condenados a morir ya que es para lo único que nacemos y lo único seguro que tenemos, así el gótico trata de despojarse de todo eso y experimentar y encontrar en uno lo que la sociedad  y el mundo no dan, esos sentimientos, esa alegría y esa sonrisa de decir hola. El gótico refleja esa soledad que tiene la gente a pesar de estar rodeada por una multitud. De esa muerte que nos espera a cada momento en cualquier lugar. El percibir los sentimientos al máximo, sean cuales fueren estos y que en cualquier momento podemos morir.  La sociedad reprime la expresión de sentimientos, a menos que sea con fondos comerciales, así que el gótico refleja esa indiferencia a la vida y a los sentimientos, a la belleza a lo efímero a lo etéreo a lo mágico a lo humano, esa indiferencia que se convierte en Armagedón interno de emociones y sentimientos, en un éxtasis emocional propio.  El vestirse de negro, el maquillarse, el tener muchas perforaciones o tatuajes es por estética, por mostrar algo que nos gusta y que nos hace ver bien, cuando en nuestra sociedad los modelos estéticos de belleza los dan la televisión y no el gusto personal. En todo caso cada vestimenta, tipo de maquillaje, perforación, tatuaje etc. etc. solo tiene un significado y ese es un significado personal.  El gótico es en pocas palabras dolor, miedo, angustia, sátira y soledad. Es en realidad una forma de vivir marginalmente en este  mundo. Es hacer de la vida lo que se desea, sin tener que involucrar a otros que no nos entiendan, es tolerar la existencia y libre pensamiento, es crear libremente lo que se crea conveniente, es eyacular mentalmente con el orgullo de saber lo que se está haciendo, es en realidad una forma de vida, una manera de pensar.  El gótico es muerte pues es lo único justo, es la mitad entre el paraíso y el infierno, no hay cosas buenas ni malas, es lo objetivo, es la muerte, lo real, lo único seguro de todo,  no-dios, no-diablo, no amo, no esclavo la muerte es la única manera de salir con los honores propios.  El gótico es miedo, pues la humanidad lo causa por sí misma.  El gótico es angustia y desesperación por no poder convencer al mundo de sus errores y no poder hacer entender al hombre que nos estamos asesinando los unos a los otros, que no hay justicia, que estamos cansados de eso, hartos de no poder vivir y que nos tenemos que refugiar en nosotros mismos para gritar, para vivir, para sentir, para ser, para gritar “¡ya no puedo más!» Y entonces aislarnos de ellos y hundirnos en una depresión para siempre, en una soledad en compañía.  El gótico es un sueño en el que podemos ver nuestras fantasías y hacerlas realidad… a nuestra manera.    Gótico es pues el poner la existencia del hombre frente a las dos realidades más absolutas e ineludibles de nuestra realidad: la vida y la muerte. «Vivir entre las sombras, el sueño del existir, la realidad pierde sus formas, todo es un espíritu oscuro. El dolor es redención».  Hete aquí visitante, y finalmente me pregunto ¿Quién soy? ¿Qué soy? Soy gótico, me respondo, ¿por qué? Fui hasta las profundidades oscuras de mi alma, ahora quiero ser creador.  Ser gótico implica estar alejado de Dios y lo divino, Dios no existe, o si existe está bien lejos del mundo. Hemos venido al mundo solos, un gótico es un paria de lo divino. Lo único real es la vida y con ella la muerte, realidad envolvente y etérea de la existencia humana.  Ser gótico implica el vivir sin esperanza, el «progreso» es una idea ficticia, lo único real en el mundo es el alma humana, que es siempre igual.  Pero nuestra alma no es esa candidez que nos muestra la sociedad. La profundidad abismal del alma significa primero que es un vacío que se siente, el hombre está consciente de su nada. Los hombres comunes desarrollan sus vidas en el mundo tratando de alejarse de los lugares oscuros de su alma, pero nosotros los góticos es ahí justamente donde hemos creado nuestra morada, en ese valle de sombras que es el alma.  En ese nuestro lugar están los sentimientos básicos del hombre: el amor, el odio, la angustia, el miedo, el deseo. Ser gótico es estar totalmente consciente de esos sentimientos, y nuestra actitud consecuente es no tratar de bloquearlos o mediarlos, es vivir a través de ellos: ser gótico es vivir en la inmediatez de la existencia, a través de los puros sentimientos y emociones; nosotros no buscamos nada del mundo, no esperamos nada de él, sabemos que toda la realidad está alojada en nuestra alma.  Bello es para nosotros todo aquello que por sí mismo nos hace profundizar en nuestra alma, lo que nos hace sentir, la vida es la capacidad de sentir. La implicación necesaria de esto es la hipersensibilidad hacia las cosas, y su consecuencia es la aparición del dolor, dice Unamuno «la tristeza es el precio de la vida consciente». Mas este dolor no es la pérdida de algo, ni tampoco un deseo frustrado, es simplemente el hecho de vivir solo por las emociones, de exaltarlas al máximo. Y esto es en el fondo una experiencia bella, pues ahí donde hay belleza hay creación, y ésta solo se puede concebir cuando se ha pasado por el dolor, por el sentir climáticamente la realidad toda. La creación es la gratificación del dolor que redime.  Por eso nosotros no somos nihilistas, somos creadores. Cuando hemos llegado a lo más profundo del alma, a partir de ahí buscamos las cosas para volverlas de lo absurdo que son en un sentido, crear es hacer síntesis de lo disperso.  Pero si decimos que es la profundidad del alma lo que nos mueve, ¿hacia dónde nos dirige ella? ¿Qué hay entonces dentro de ella? Es una actitud falsa y pusilánime el querer ocultar los aspectos oscuros del hombre, el dolor es real y permanente a lo largo de la existencia, la angustia es el sentimiento que surge cuando el hombre se decide a vivir por sí mismo, el odio es la manifestación consecuente del amor, donde hay amor no puede estar ausente la posibilidad del odio.  Claro que existe la sonrisa de un niño, pero también hay, y en mayor medida, su llanto amargo (quiero pensar en los niños del África miserable, en los olvidados, en los maltratados). En consecuencia, la existencia es una dualidad constante y necesaria, la realidad toda es una unidad de contrarios, toda forma de la realidad abre la posibilidad de su contraria, vida/muerte, dicha/dolor, etc. Los góticos entonces ponemos a la vista de la sociedad ese aspecto oscuro de la naturaleza humana, mas no es un morbo vulgar, un gótico no siente anhelo de destrucción, sino simplemente está consciente de ello.  Nosotros somos la crudeza de la realidad en su completa dimensión de posibilidades, el que afirmemos y acentuemos un aspecto de la vida necesariamente nos hace evocar al otro con igual validez. Y efectivamente, hallamos un imán hacia esos aspectos, hacia esas formas, ¿por qué no hemos de hacerlo, si son tan reales como lo demás? Ser gótico es vivir consciente de que el mundo, la realidad es la posibilidad de todo.  Hemos dicho que ser gótico es estar lejos de la esperanza. La esperanza significa que algo será mejor, que algo va en ascenso. Nosotros los góticos sabemos que eso no es verdad, como se dijo, lo más real que hay son los sentimientos del alma humana, ellos no cambian; el dolor, la angustia, la soledad, etc., son cosas que han existido y existirán por siempre, qué importa para ellos que la ciencia avance y descubra, si lo que ella hace es tapar un hueco que destapó antes. El conocimiento científico es un saber impersonal que no dice nada.  Sin embargo, no pretendemos que nuestra vida sea un camino inerte, sin sentido, para los góticos vivir es el camino perfecto a la muerte, que es lo único. Un gótico vive con la idea de que el hombre es finalmente para la muerte, fin de todo. Entonces la vida es para nosotros el camino que conduce a ella, los góticos vemos a la muerte como la más justa de todas las cosas, pues ella nos hace iguales a todos, ella es además lo omnipresente.  La muerte es también liberación del tedio que resulta del vivir demasiado, ella es la palabra de la eternidad. Para nosotros la muerte es nuestra acompañante de toda la vida que al final, cuando estamos cansados de andar, nos lleva a nuestro destino inexorable. La idea de camino perfecto significa que si al final, hagas lo que hagas, la muerte es siempre tu dueña, debes vivir al nivel máximo, debes por supuesto amar la vida, debes ser creador de ti mismo, ser tu propio Dios en el mundo. Y todo esto se hace para recibir a la muerte satisfecho, con el gozo del hombre que sabe que la vida fue algo que, siendo prestado, fue digno de ella, y ahora está listo y lleno para devolverla para que otro ser tenga su oportunidad.  Ser gótico es estar separado siempre, el vivir en lo más profundo del alma exige soledad, el aislamiento es una condición de la vida gótica. Para nosotros el amor es una reunión de almas solitarias, pero que un día habrán de separarse, nada es eterno en el mundo gótico, solo la rueda de la vida y la muerte. Se ha dicho ya que la Subcultura gótica no pretende ser reducida a un espacio geográfico a una época dada pues busca expresar los estados oscuros permanentes del alma humana. Es así que podemos encontrar tipos de expresión gótica en diversas épocas y lugares.

Alberto Guisande Fernández

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